Embarcarse en un año escolar en el extranjero es una emocionante aventura formativa. Para muchos adolescentes de entre 12 y 17 años, vivir con una familia anfitriona en Canadá, Irlanda o Reino Unido es una oportunidad para mejorar sus habilidades lingüísticas y para experimentar una cultura diferente a la que vivimos en España.
Sin embargo, adaptarse a nuevas costumbres puede presentar algunos desafíos, especialmente en lo que respecta a la dieta y el estilo de vida.
Los estudiantes pueden enfrentarse a la nostalgia por la comida casera o encontrar dificultades en adaptarse a los horarios de las comidas y a los tipos de alimentos que se consumen en sus países de acogida. Además, mantener un equilibrio nutricional saludable puede ser complicado cuando se está expuesto a tantas opciones nuevas y potencialmente desconocidas.
Este artículo busca ofrecer una guía práctica para ayudar a los jóvenes estudiantes a navegar por estos retos, asegurando que puedan mantener un estilo de vida saludable mientras aprovechan al máximo su experiencia educativa en el extranjero.
1. Comprender la nutrición básica
Comprender los fundamentos de una dieta equilibrada es esencial para cualquier adolescente; particularmente, cuando está lejos de casa y adaptándose a un nuevo entorno cultural.
De manera general, podemos considerar que una dieta equilibrada implica consumir una variedad de alimentos en las proporciones adecuadas para obtener las calorías y nutrientes necesarios. Esto incluye una mezcla de macronutrientes —proteínas, carbohidratos y grasas— así como suficientes vitaminas y minerales, consumidos a través de frutas, verduras, carnes magras, pescados, granos enteros y lácteos.
Para los estudiantes internacionales las necesidades nutricionales pueden variar debido a varios factores asociados con el cambio de ambiente. Por ejemplo, si se mudan a un clima más frío como el de Canadá podrían necesitar más calorías diarias para mantener el calor corporal.
Existen otros factores como la actividad física que realicen, que también influirá en sus necesidades calóricas; un estudiante más activo necesitará más energía que uno menos activo.
Por otro lado, la disponibilidad de ciertos tipos de alimentos puede cambiar, algo que podría llevar a un mayor consumo de alimentos procesados o comida rápida si no se tiene cuidado.
Aunque las circunstancias de cada estudiante internacional son diferentes, el objetivo es mantener el foco en tres aspectos clave con respecto a la alimentación:
- Comer alimentos saludables, cuanto menos procesados mejor.
- Comer diferentes alimentos, cuanto más variados mejor.
- Realizar ingestas moderadas.
2. Adaptarse a la dieta local
Adaptarse a una nueva dieta en el extranjero puede resultar un poco intimidante. Para los jóvenes, mantener una alimentación balanceada mientras exploran los sabores locales es crucial.
Compartimos algunos consejos para integrar la dieta local sin comprometer la nutrición.
2.1. Exploración guiada
Probar nuevos alimentos pero hacerlo de manera informada. Investigar los ingredientes básicos y los platos tradicionales de Irlanda, Canadá o el Reino Unido antes de llegar. Esto ayudará a tomar decisiones más saludables y estar abierto a nuevas experiencias culinarias.
2.2. Equilibrio entre lo nuevo y lo familiar
Encontrar un equilibrio entre probar alimentos locales y mantener algunos aspectos de la dieta habitual.
Por ejemplo, si el pan integral es parte de la dieta habitual en casa es oportuno buscar opciones similares en el país anfitrión. Esto puede ayudar a mantener la regularidad en la ingesta de fibra mientras se disfruta de nuevos sabores.
2.3. Cocina casera
Aprovechar las oportunidades de cocinar con la familia anfitriona es una excelente manera de aprender sobre la cocina local y asegurarse de que las comidas son nutritivas.
Preguntar sobre los ingredientes locales saludables así como sugerir disposición para ayudar y preparar comidas juntos puede convertirse en una actividad cultural enriquecedora.
2.4. Alternativas saludables
Cuando apetecen antojos de comidas de casa resulta interesante buscar alternativas saludables que satisfagan esos deseos.
Por ejemplo, si se extrañan y apetecen unos churros, siempre se puede probar con algún dulce local menos procesado. Esto puede ayudar a manejar los antojos sin renunciar completamente a los gustos.
Implementar estos consejos ayuda a disfrutar de la gastronomía local sin comprometer la salud, y permite vivir una inmersión cultural más profunda y satisfactoria.
3. Mantener un rutina de ejercicios
Practicar ejercicio de manera rutinaria ayuda a estar en buena forma física y contribuye a mejorar el bienestar mental y el rendimiento académico. Está comprobado que la actividad física regular reduce el estrés, mejorara el sueño y aumenta la energía.
Compartimos una serie de propuestas efectivas para mantenerse activo incluso si no se tiene acceso a un gimnasio.
3.1. Ejercicios de peso corporal
Rutinas que incluyen flexiones, sentadillas, burpees y abdominales pueden realizarse en cualquier espacio pequeño sin necesidad de equipo. Estos ejercicios ayudan a construir fuerza y resistencia muscular.
3.2. Rutinas de cardio en casa
Saltar a la cuerda, hacer ejercicios de step usando un escalón o realizar sesiones de baile son maneras excelentes de elevar la frecuencia cardíaca. También se pueden seguir vídeos de entrenamientos online adaptados a diferentes niveles de habilidad y duración.
3.3. Yoga y estiramientos
Practicar yoga o realizar una rutina de estiramientos puede mejorar la flexibilidad, reducir el estrés y ayudar en la recuperación muscular. Existen muchas aplicaciones y vídeos online que guían a los usuarios a través de diferentes estilos de yoga, adecuados para principiantes y avanzados.
3.4. Caminatas o carreras al aire libre
Explorar tu zona caminando o corriendo es un excelente ejercicio cardiovascular que también ofrece la oportunidad de familiarizarse con el nuevo entorno. Buscar rutas seguras en parques locales o alrededor del centro de estudios puede ser una manera gratificante de hacer ejercicio.
Incorporar estos ejercicios en la rutina diaria ayuda a los estudiantes a mantenerse en forma, les proporciona una valiosa desconexión del estudio y ayuda a alcanzar un equilibrio saludable durante su experiencia en el extranjero.
4. Usar aplicaciones móviles que promueven hábitos saludables
En la era digital, mantener un estilo de vida saludable se ha simplificado gracias al uso de aplicaciones móviles que facilitan desde la planificación de comidas hasta la meditación y el seguimiento de la actividad física.
Existen infinidad de herramientas tecnológicas que también resultan ideales para estudiantes en el extranjero que buscan gestionar su salud de manera efectiva y eficiente. Algunos ejemplos:
4.1. MyFitnessPal
Una de las aplicaciones más populares para el seguimiento de la dieta y el ejercicio. Permite a los usuarios registrar su ingesta diaria de alimentos y calcular las calorías consumidas, además de proporcionar información nutricional detallada para ayudar a mantener una dieta equilibrada.
4.2. Headspace
Especialmente útil para gestionar el estrés de estudiar en un nuevo país. Esta aplicación ofrece sesiones guiadas de meditación y mindfulness que ayudan a mejorar el bienestar mental y la concentración.
4.3. Strava
Ideal para estudiantes activos, Strava permite rastrear caminatas, carreras o rutas en bicicleta y motiva a los usuarios al permitirles compartir sus logros y competir con amigos.
4.4. Water Reminder
Esta sencilla aplicación ayuda al usuario a mantenerse hidratado, recordándole que debe beber agua a intervalos regulares, algo crucial para el bienestar general, especialmente en climas más fríos o durante periodos de estudio intensivo.
Reflexiones finales
Estudiar un año escolar en el extranjero puede ser una de las experiencias más positivas y transformadoras para experimentar en la adolescencia.
Con este artículo queremos recordar la importancia de llevar una nutrición adecuada, mantener una rutina de ejercicio regular y aprovechar las tecnologías disponibles para gestionar el bienestar general, que es la piedra angular para aprovechar al máximo el año escolar en el extranjero.
La clave está en encontrar un equilibrio que funcione para cada estudiante, permitiéndole aprender, explorar y florecer en su nueva vida.
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